De la familia de las Phasianidae del orden Galliforme, las perdices se encuentran
distribuidas por casi todos los continentes, a excepción de Australia. Aunque en el continente
americano existe un ave también conocida con el nombre de perdiz, no deben confundirse, ya
que pertenecen a una familia diferente: las Tinamidae.
Las perdices son aves de un tamaño mediano, omnívoras, suelen alimentarse en el
suelo, entre las siembras y matorrales. Se desplazan con rapidez tanto a nivel del suelo, como
cuando alzan el vuelo, que puede alcanzar los 110 kilómetros por hora, en trayectos cortos. Las
perdices
acostumbran a anidar en el suelo del monte bajo. Sus colores les proporcionan gran mimetismo y
cuando se sienten acosadas acostumbran a mantenerse inmóviles, lo que dificulta su localización. No
son migratorias, sino sedentarias, manteniéndose en la misma zona donde nacieron durante casi toda
su vida. La mayoría de las especies de
perdiz
son comestibles para el ser humano y se cazan tanto para su uso alimenticio, como de forma
deportiva. Además de en su estado salvaje, también lad podemos encontrar en granjas, cuyo fin es la
venta de perdices
como alimento o bien la repoblación de lugares donde están en peligro de desaparecer o en cotos de
caza. Como alimento, su carne es muy apreciada y se consumen tanto perdices salvajes como de
granja, indistintamente, aunque es apreciable la diferencia considerable en sabor y textura entre
ambas.
Especies de perdices
Las razas o especies de perdices son seis: Alectoris rufa (perdiz roja
o común), Alectoris chukar (perdiz chukar),
Perdix Perdix (perdiz pardilla),
Alectoris graeca (perdiz griega), Alectoris bárbara (perdiz moruna) y la considerada
la más bella de las perdices: Rollulus (perdiz Roul-roul), que habita en el sureste asiático
y llegó a Europa en 1876 al zoo de Amberes, donde seis años más tarde se consiguió reproducirla en
cautividad.
Alimentación de la perdiz
Su alimentación se basa en la ingesta de insectos y semillas. En el primer mes
de vida, debido a la mayor necesidad de proteínas para su desarrollo, el consumo de invertebrados
alcanza el 80%, hasta que superada esa etapa se vuelve fundamentalmente granívora, alimentándose de
semillas de trigo, avena, cebada, algunas flores, bayas, etc., dependiendo de la época del
año.
Caza de la perdiz
En algunos países, como España, la caza de la perdiz representa una
importante aportación económica para las comunidades con tradición y abundancia de cotos de caza.
Es un valor cinegético seguro, tanto en el sector de ocio como en el de la restauración.
La caza deportiva de la perdiz, se divide en tres especialidades: caza al
ojeo, caza en mano (o al salto) y caza de perdiz con reclamo.
Todas las modalidades se desarrollan, con distintos matices, en la temporada de caza de cada lugar
(generalmente de octubre a enero), excepto el reclamo, que por sus características debe llevarse a
cabo en la época de celo.
Cría de perdices
La
cría de perdices
en cautividad ha dado excelentes resultados, a partir de ejemplares híbridos de perdiz roja y
perdiz chukar o graeca. Proporcionado a la especie una mayor facilidad para su cria en granjas y
por tanto un aumento de la producción. Los híbridos de Alectoris rufaxgraeca y Alectoris
rufaxchukar están permitidos única y exclusivamente como producción de carne y prohibida
terminantemente su explotación como aves de repoblación, con el fin de preservar las especies
salvajes.