La perdiz pardilla (Perdix Perdix), de la familia Phasanidae, es un ave
gallinácea, originaria de Europa y Asia occidental y central, habita en las llanuras de Europa
septentrional y central y por encima de los 1000 metros de altitud en el sur europeo. Convive en
algunos países con la perdiz roja (Alectoris rufa) y la perdiz griega (Alectoris
graeca). En Norteamérica empieza a proliferar, después de ser introducida con fines
cinegéticos.
Parece ser que esta perdiz es un vestigio de la última era glacial y en la
Península Ibérica se localiza en la cornisa cantábrica y los pirineos. Es una especie con cierto
riesgo de extinción en su estado salvaje. La
perdiz pardilla
no es un ave migratoria, aunque algunos machos en época de escasez de alimentos pueden desplazarse
hacia un hábitat menos agresivo. Su hábitat natural son las tierras de cultivo despejadas y el
monte bajo.
La perdiz pardilla presenta las siguientes características morfológicas:
Tamaño y peso
Con un peso entre 330 y 400 gramos, una longitud de 28 a 30 cm, y una
envergadura (distancia de punta a punta de sus alas) de 45 a 48 cm, la perdiz pardilla es más
pequeña que su pariente la
perdiz roja (Alectoris rufa).
Pico
El pico de la perdiz pardilla es de color gris ceniza mate. Además, al igual que
en otras aves granívoras su pico es corto y robusto.
Patas
Se diferencia claramente de la perdiz roja, al tener las patas de color
grisáceo.
Plumaje de la perdiz pardilla
Las plumas que recubren su garganta, incluso las mejillas, presentan tonos de
color marrón anaranjado, más acentuado en los machos, sobre todo en la época de celo. El pecho está
cubierto con plumas de un color azulado plomizo, a excepción de las alas y el dorso que son de
color ocre y marrón con finas rayas más claras. Es fácil distinguirla en vuelo por su
característica cola de color castaño-rojizo. Los machos de la
perdiz pardilla
se diferencian claramente por su mancha en el pecho, de color oscuro, en forma de herradura y una
característica mota roja detrás del ojo. La hembra mantiene algunos vestigios de la
herradura del macho y la llamada «Cruz de Lorraine», en las plumas escapulares.
Alimentación
Esta perdiz se alimenta de semillas, hojas, vayas y pequeños invertebrados,
adaptándose a las posibilidades de las distintas estaciones.
Reproducción de la perdiz pardilla
La época de celo y la búsqueda de parejas comienza antes de la llegada de la
primavera y, para finales de marzo, construyen un nido que ubican entre hierbas altas. Las perdices
pardilla son monógamas y no se conocen cópulas fuera de la pareja. La puesta es de una media de
unos 16 huevos, de color verde amarillento que son incubados por un periodo de entre 23 a 26 días.
Los
huevos de la perdiz pardilla
son incubados únicamente por la hembra. Una vez nacidos los polluelos de perdiz, estos permanecerán
en el nido hasta cumplir las dos semanas, momento en el que ya están preparados para alzar el
vuelo. El grupo familiar, al igual que la perdiz roja, es sedentario y se mantiene en la zona de
reproducción.
Valor cinegético
La
caza de la perdiz
pardilla está protegida en España. Su caza está limitada a los Pirineos y totalmente prohibida en
la cordillera Cantábrica. Es muy sensible a las modificaciones de su hábitat y el abandono del
campo y la caza, son sus grandes enemigos.