Se denomina reclamo con perdiz o caza con reclamo a una modalidad tradicional en la
que se utiliza como reclamo una perdiz viva, que con su canto y comportamiento induce a
otras perdices a entrar dentro de su espacio con el fin de que sean abatidas por el cazador.
Los orígenes de este arte de caza se remontan a pasajes de La
Biblia y se cita en la obra de Aristóteles (siglo IV a.C.) Investigación sobre los
animales. La referencia más fiable, donde se cita expresamente a la perdiz es de la Edad
Antigua. En el siglo I, Plinio el Viejo cita la
caza de perdiz con reclamo
en su tratado de Historia Natural.
Más cerca de nuestros días, en 1.902 la Ley de Caza prohibía expresamente
esta modalidad con la excepción del dueño del coto de caza, algo que ya hizo el Rey Felipe II en
1552. Practicante de otros tipos de caza Felipe II, dictó por ley la prohibición de caza con
reclamo (con una multa de 6.000 maravedíes y seis meses de destierro).
La caza con reclamo, por tanto, se conoce desde hace más de 2.500 años, siendo
una de las formas más primitivas.
El reclamo
El reclamo es una perdiz macho, salvaje (aunque ahora ya no
necesariamente), debidamente entrenada y seleccionada, que con su
canto
y comportamiento, y la interpretación de los mismos, permiten al cazador atraer a otros machos
cerca del puesto para que puedan ser abatidos. El
reclamo
se sitúa en su jaula encima del pulpitillo (soporte sobre una larga vara metálica o de
madera donde se coloca la jaula, entre las ramas del árbol). Son muchos los aficionados que
compiten por educar al mejor reclamo dentro de las estrictas normas que rigen este tipo de
caza. La contemplación de la batalla dialéctica entre el reclamante y la campesina hasta que
consigue subyugarla y ser abatida por el cazador, es un verdadero espectáculo. Ningún cazador abate
una perdiz hasta que su reclamo no la recibe y está dentro de plaza, respetando las
estrictas normas que rigen esta especialidad.
La jaula del reclamo
La jaula del reclamo es muy diferente a las jaulas de otros pájaros y es muy
característica. La jaula tipica usada para el
reclamo con perdiz
es abovedada con un diámetro aproximado de 25 cm y una altura de 35 a 40 cm, siendo bóveda árabe el
tipo de abovedado más usado. Las jaulas de reclamo tradicionales están fabricadas con alambre de
distintos diámetros formando meridianos (entre 36 y 48, aunque algunos reclamos se comportan
mejor en jaulas más tupidas) desde el vértice hasta el disco de la base, con dos o tres aros
paralelos de refuerzo. Generalmente las jaulas de reclamo son pintadas de verde con el fin de
camuflarlas en el campo. Antiguamente se realizaban con materiales naturales como mimbres o ramas
de fresno, y actualmente estas jaulas de reclamo antiguas, ante su escasez, son muy valoradas por
los coleccionistas y aficionados.
Aspectos beneficiosos de la caza con reclamo
Durante la temporada de formación de parejas, al haber una cantidad mayor de
machos de perdiz que de hembras, la caza de los solteros equilibra la población y evita la
molestia de estos a otras parejas (estos animales son monógamos y tienen pareja de por vida).
Además es una caza selectiva, de temporada, y nunca se desarrolla cuando la hembra está empollando
o anidando. También la caza con reclamo de la perdiz contribuye económicamente a sostener
una pequeña industria artesanal dedicada a la fabricación de los aperos y complementos necesarios
para su práctica.